viernes, 2 de diciembre de 2016

Giant Steps, origen de una revolución


En el disco Giant Steps (1959), John Coltrane se propuso una hazaña titánica, difícil de consumar: tocar "todas las notas" y todas las progresiones de acordes posibles (dos por cada compás) dentro de una escala armónica. Por primera vez en su obra se hace evidente el uso de tríadas, que tan significativamente influirían en su camino de ascensión creativa y espiritual.
Me imagino el estupor que debe haber causado en los oyentes de la época escuchar una improvisación de dos minutos donde hay más notas, progresiones y permutaciones de acordes que en cualquiera de todos los soli anteriores en la historia del jazz. Excepción hecha, en lo que a cataratas de notas se refiere, a Charlie Parker y su gran invento: Ko-Ko.
Con este disco, Coltrane se despide de la influencia eufórica y salvaje del vertiginoso Bird (porque Countdown es una relectura de Tune Up, de Miles Davis, pero también es un ajuste de cuentas para con Ko-ko y la pesada herencia que legó al porvenir la metodología propuesta por Charlie Parker), haciéndola añicos y creando, en este mismo disco, un nuevo sonido- esas láminas que se abren en mil tonos, como un prisma- único, inconfundible y maravilloso, el sonido Coltrane.
Todos los hitos de su discografía, las incursiones en el modal con el Village Vanguard e Impressions, la módica serenidad latente en discos como Crescent,  Ballads o las reuniónes con Hartman y Ellington, las disrrupciones barrocas de Ascension, o el atonalismo salvaje de Meditations y Expression, figuran, seminales, en el camino trazado por este disco.
Además de exponer una técnica única, Giant Steps implica el punto de partida de Coltrane como un músico que, dotado de absoluta gracia, domina por completo su instrumento, al punto que, a los pocos años, ya no sabrá qué hacer con él, salvo desaforarlo y exponerlo a la arritmia desquiciante de sus últimos años.
Pocos discos exhiben a Coltrane como músico y compositor en el nivel que lo hace Giant Steps, una obra cumbre en la historia de la música del siglo veinte.


NOTA BENE
De la prodigiosa lista de músicos que acompañaron a Coltrane en las sesiones de GS (Wynton Kelly, Cedar Walton, Tommy Flanagan, Lex Humpries, Jimmy Cobb, Art Taylor), cabe destacar el rol de acompañante que ocupa Paul Chambers, el único que sigue a Coltrane en todas las direcciones que el saxofonista elige tomar con absoluto celo personal, alejado de todos los patrones, en una remota frontera de la música tonal. Allí, a su lado, siempre, está el bajo caminante de Chambers, que ha elegido seguirlo a Coltrane donde los otros no encontraron ninguna vía de libre tránsito. A mi criterio, junto a Kind Of Blue, de cuyas sesiones hay unos meses de diferencia, éste es el disco donde Mr. PC se muestra como uno de los contrabajistas centrales de todas las épocas del jazz.

No hay comentarios: