sábado, 10 de enero de 2009

Parábola de la higuera


Aprendan de mí
que oigo a mi Padre
y eso hago.

Ahora comprenderán
que tienen oídos
para oír
las miserias del cautivo
y de la huérfana.

¿Quién oirá las palabras del mudo?

Dejen que ellos 
hablen 
por ustedes,
y que lo oculto salga a la luz,
porque va a llegar un día
en que toda palabra
hueca
será arrancada
de sus lenguas.

Estén atentos,
porque el día se acerca
pero no se anuncia.



No hay comentarios: